El viaje
El viaje El horizonte se dibujaba ante ella como un gran interrogante. La niña observaba maravillada la inmensidad del mar. Su abuelo le había hablado de la tierra de sus antepasados, tierra fértil repleta de jardines donde brotaban las fuentes más preciosas. Pensaba que era una privilegiada por volver a sus orígenes, aunque no era fácil empezar una nueva vida sin conocer el idioma ni las costumbres. Bostezaba, la brisa del mar le había abierto el apetito. Pero no podía pensar en ello, su madre le había aconsejado distraer la mente en otras cosas. Su padre le había prometido que lo primero que haría, en cuanto cobrara el primer sueldo, sería comprarle una pelota y unas zapatillas. El viaje se hacía largo y pesado. El tiempo empezaba a empeorar, el mar estaba alborotad o . Se agarró con fuerza a sus padres, que la protegían con sus cuerpos. Las olas poderosas intentaban echar de su territorio a aquella embarcación atestada de gente. La embarcación se zarandeaba sin parar, hasta que emi